lunes, 17 de julio de 2017

CUENTO INFANTIL: EL VUELO DE LA DRAGONA DE LA SUERTE

EL VUELO DE LA DRAGONA DE LA SUERTE

Había una vez, más dos veces, más tres veces más, más cinco veces más, menos diez… una dragona de la suerte, esta dragona contaba no solo con uno 1, o con  2, o 3 años, sino con un año más de 4, es decir, tenía 5 años de haber vivido en esta tierra.

¿Que como son las dragonas de la suerte?, ¡Hasta acá te escucho preguntarme!, pues verás: las dragonas de la suerte son seres libres y fabulosos que nacen de diferentes formas, colores y olores, no es fácil encontrarlas, verlas o inclusive detectarlas, puedes tener una en frente y no saber que es una Dragona de la suerte.

Nuestra dragona nació cerca Del Mar, una noche de luna llena, por eso su nombre es Mar por el momento le llaman Mar Chiquita o Chiquita Mar y de entre todos sus hermanos y hermanas, (aunque todos se parecen por que nacieron de la misma madre y padre), ella es inconfundible, por que además de llevar el nombre de Mar, también heredó su alma apasionada, su color azul intenso y un gusto poco común en los dragones por el agua.

También tiene pelillos blancos, espumosos y sedosos, que salen de su cabeza, que siempre trae parados y desordenados, no por que su hermana mayor no le acomode el cabello todos los días por la mañana, pero debemos comprender que cualquier cabello por más sedoso y peinado que esté siempre terminará revueltos después de investigar, conocer, preguntar, subir y bajar, conociendo el mundo.

Mar Chiquita no es toda agua marina, también es tierra, por eso sus patas son rosas y están coronadas con garras como la de los gatos, tiene una cola larga con una hilera de cuernos que inician en la coronilla de la cabeza, siguen por su espalda y termina con un cuernillo duro como lanza, y claro, ella posee un para de alas, todas las Dragonas sean de la suerte o no, nacen con un par de alas, que con el tiempo se hacen los suficientemente fuertes como para volar.

Por su corta edad Mar, tiene un par de alas con la estructura semejante a las de una libélula, imagínatelas, delgadas, transparentes y que todavía no la sostienen como para volar, por eso las dragonas de esa edad también son llamadas dragonas mariposas, pero, esto no ha detenido a Mar para intentar despegar los pies del suelo y hacer como las grandes.

Mar ha intentado volar moviendo rápido y fuerte sus alas, pero lo más que ha logrado es un dolor terrible en la coyuntura de la alitas. Su papa con paciencia tuvo que vendarlas y ponerles árnica para
que su Chiquita Mar pudiera dormir.

Su padre le dijo mientras maniobraba con las alitas:
-Mar tienes que ser paciente y no forzarte, evita lastimarte, CUIDATE, tienes que ser una Dragoncita juiciosa, ¡mira que morada tienes la espalda!!.

Entonces intentó subir a una silla y brincar desde ella para que la altura hiciera el trabajo y lograr volar, no sin antes haber ideado subir a un árbol, y hacerlo como los pájaros, pero antes de salir de casa, papá dragón le advirtió:
-      Mar, cuidado y subes al árbol y te avientas de él para ¡volar!, si lo haces además del chichón en la cabeza por tirarte de un árbol, te castigaré sin salir a las carreras de dragonas esta tarde, por no cuidarte.
-      Pero ¡papá!, dijo Mar (bajando los ojos al suelo y dejando caer los hombros), pero entonces ¿cómo voy ha volar???
-      No, hoy la lección que debes aprender no es la de volar, es como cuidarse.
-      Pero papá
-      No, si quieres mejor practica los bramidos de vuelo

Mar que había estado practicando los rugidos de vuelo por varias semanas no se sintió muy animada mas bien salió mascullando entre dientes, y pateando levemente con las patas rosas el suelo diciendo casi solo para si misma: ¿como es que se entero de mis planes?, aquí no la dejan a una volar y ser grande,  ¿y ahora que voy a hacer? Lo del árbol era una buena idea!!
Esa mañana se dio cuenta que lo de la silla tampoco era una buena idea, así que se puso a dar vueltas en círculos, dando saltitos de ves en cuando para ver si el aire hacia el resto y por fin lograba su primer vuelo.
Así la encontró su abuelo
- ¿Que haces Chiquita Mar?, le preguntó su abuelo intrigado y con una sonrisa como de quien disfruta mucho algo
- Estoy aprendiendo a volar abuelo
- Jajajjajajse escucho la risa sonora del abuelo en todo el patio, calmándose le explicó, pero Mar Chiquita, eres muy pequeñita, y además no comes piedra de fuego, que es parte importante del vuelo de los dragones, será mejor que pares y en lugar de dar vueltas en el mismo lugar, te prepares para acompañarme a ver a los borregos.
- Mmm ¿no podré volar?, le preguntó Mar un poco afligida.
- No todavía, Chiquita Mar, eres muy pequeñita, ten paciencia.
El abuelo Dragón se alejó confiado de que Mar Chiquita se le uniría en unos instantes para ir a cuidar
a los borregos que siempre necesitan atención y cuidados, cualquier otro día la pequeña lo hubiera seguido al instante con gusto, pero ese día no, Mar tenía en mente un proyecto mayor y más ambicioso, volar.

Las palabras Piedra de Fuego se quedaron retumbando en su cabeza, ya había visto como los mayores comían esta piedra de fuego y entonces, ¡podían hacer fuego!, pero no sabía que también era necesaria para volar, se quedó pensando un momento, las ideas iban y venían veloces, de repente, los ojos de Mar brillaron intensamente, una idea se había formado en su inteligente cabeza…

Y… ¿si como piedra de fuego?, ¡Entonces podré volar y además sacar fuego!, hizo un plan antes de llevar a cabo la tarea arriesgada de conseguir las piedras de fuego, una vez decidido el plan, lo llevó a cabo.

Como una experta espía secreta, hizo un esfuerzo por escurrirse en la cocina, abrió las gavetas del estante, hizo con ellas una especie de escalera, esto para llegar hasta las piedras de fuego que se encontraban en la parte más alta del mueble de la cocina, allí las colocaba (casi las escondía la esposa de su papá) ¿por que sería?, ¡seguro para que ella no aprendiera a volar rápido!.


Aún encaramada en el estante, le dio un buen mordisco a una de las piedras más grandes, el contacto de la piedra con su legua fue una sorpresa muy agradable, ¡sabia rico!, envalentonada por el buen sabor, le dio otra mordida y luego otra y otra, se comió 3 en total, pero nada mágico surgió en ella, esto no la desalentó tubo otra idea, volvería al patio a dar vueltas y saltos y comprobaría el resultado.

Entusiasmada bajó su improvisada escalera, salio al aire fresco e intentó de nuevo, pero no se sintió diferente, no hubo en ella mas fuerza de la común, no se hizo más liviana, sus alas no crecieron o cambiaron, también intentó hacer fuego pero nada salió de su garganta, la desilusión creció en sus ojos, su pancita estaba regordeta por tanta piedra de fuego que comió, pero nada había funcionado.
Al no ver cambios, Mar se aburrió y como la vida de las Dragonas no es solo volar y hacer fuego, con nuevos bríos se fue al prado donde están las flores más bonitas, al llegar escogió la más encantadora para olerla y hablarle de cosas que a las flores les gusta escuchar, ¡estaba tan contenta!, pero algo empezó a cambiar, desde su estómago se empezó a formar una calorcito rico que Mar no notó, entre más contenta el calor se hacía más intenso y le subía un poquito más, hasta que con tanta emoción, se le formó un hipido de fuego en la garganta que sin control salió de su nariz y boca ¡quemando a la flor!, ¡la pobre quedó toda negra y calcinada!

Mar se puso a llorar y corrió hasta la casa, ¡le salían hipidos de fuego a cada rato!!, fue quemando el pasto por donde pasaba, al llegar papá Dragón la encontró hipando fuego y llorando inconsolable.

Chiquilla!!!, ¿pero cuantas piedras de fuego te comiste?, ¿de donde las sacaste?, Mar tubo que tomar leche, combinada con agua, azúcar y hierba de nieve para calmar la constipación.

Con paciencia su padre le dijo:
Mar chiquita, ¿te acuerdas de lo que hablamos en la mañana, con respecto a cuidarte?, tienes que aprender a ser cuidadosa, si no te damos piedra de fuego todavía es por que tu estómago no las digiere muy bien y no sabes como funcionan, me imagino que descubriste que si sientes una emoción fuerte se forma fuego en ti y, si no sabes que hacer con el, puedes terminar quemando todo el Bosque.

Chiquita Mar, cuidarse quiere decir pensar que puede pasar si haces algo, cuidarse es preguntarse por que no se te permiten ciertas cosas, cuidarse es ver más allá de lo que quieres y comenzar a ver lo que está bien para ti, cuidarse es adelantarse a las cosas que pueden pasar y hacer no poner tu salud en riesgo, ni la de los demás, ¿me entiendes?.

-      Si papá. Respondió Mar con una tristeza profunda.

Estuvo afligida, toda la tarde, ¡la flor murió en sus manos por haber comido tanta piedra de fuego!, que horrible había sido la experiencia, Así la encontró su Abuelo, desconsolada, sentada en una piedra viéndose los pies.
-      Mar que tienes? ,
-      He quemado a la flor mas bonita del prado por que comí muchas piedras de fuego!!, dijo la Dragoncita mientras dos enormes lágrimas caían de su s ojos.
-      Jjajajajaj El abuelo volvió a reírse estruendosamente, pero Mar, te dije que eso era para adultos!, bueno como no te explique y parece que yo soy en parte responsable, te voy ah dar tu primera clase de vuelo, para que no andes intentando cosas arriesgadas y dejemos a las flores crecer en paz, ¿quieres?.
-      Mar se secó las lágrimas y volteó a ver a su abuelo con tristeza, pero la flor abuelo!!
-      Nena, no es tu culpa no saber controlar el fuego todavía, pero te voy ha decir un secreto, cuando tienes algo tan hermosos como una flor en frente y le hablas de esas cosas que se les dicen a las flores, y te sientas tan emocionada,  voltea hacia el cielo, lanza una rugido de felicidad así  graauuuuuuuu  el fuego saldrá si tiene que salir pero no quemará nada de lo que amas. M entiendes?
-      Rápidamente Mar se puso en la posición de un lobo que aúlla y dijo graauuuuu y el fuego que todavía tenía dentro de sí, salió hacia el cielo como si ella fuese una experta, y su llama descansó.
-      Muy bien dijo su abuelo fue magnífico!, jamás volverás ha quemar una flor.
-      Mar se puso orgullosa de si misma y entusiasta nuevamente.
-      ¿Y bien (dijo su abuelo) que hay de esas clases de vuelo?, ¿te enseño cosas importantes de viajar por los aires para cuando puedas volar?, ¿quieres? O ¿te quedas en tierra?.

Mar subí de inmediato al lomo de su abuelo el cual, de inmediato inició el vuelo.

Mar al sentir como el aire cambiaba y podía ver el suelo empezó a tener mejor animo, a cada tramo ella se ponía más entusiasmada y se movía ansiosamente.

-      Así su abuelo empezó a darle instrucciones, Ahora Mar, abre las alas y muévelas un poco, siente el aire bajo al alas,
-      Si los siento los siento, abuelo!!,
-      Ahora ciérralas como yo, aletea,
Su abuelo le fue diciendo que hacer y como, y ella se sintió volar aunque no se separó mas que unos milímetros del lomo del Gran Dragón.

-      Ahora vamos a internarnos a una nube, vas a tener que hacer tu bramido de “vuelo en la nube” para no chocar con otro dragón o dragona, haber enséñame como bramas.
-      GrrrrrRRRaaaauuuu! Bramó Mar con un tono agudo
-      Jajajjaja se volvió a reír abiertamente El enorme Dragón Dorado. Mar! ese no es el bramido de
vuelo en la nube!!!, Tendrás que practicar más!
-      La chiquilla entusiasmada le prometió que así lo haría y él le prometió que cada fin de semana le daría una lección de vuelo, pero con una condición, no intentaría practicar sola y se cuidaría más.
Ahora han pasado algunos años, no uno no dos, más, Hoy Mar brama en la punta de una montaña donde abundan las piedras de fuego, es el bramido de las Dragonas que hincan el vuelo, GrrraaauUUUU, extiende sus fuertes y ágiles alas, ahora sabe que el volar le llega a todas las Dragonas cuando es el momento y extender las alas es lo mejor que le puede pasar a una ser alado.


ESCRITO POR: ELENA VEGA ORTEGA

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