Este es un cuento, que tiene mucho más sin escribir, por lo menos 4 escenas más, pero no se cuándo las sacaré de mi cabeza. Me ayudaría mucho si opinas o me mandas
incentivos de algún tipo.
Un cuento Feminista
He sabido que en un Reino del sur había una ciudad
donde no existían reyes ni reinas,
aunque si dirigentes o personas destacadas
de la comunidad a quienes se les encargaba resolver asuntos importantes como,
decidir que hacer con una injusticia, el registro de las uniones entre parejas,
en que utilizar la mano de obra, la riqueza etc.
Pero no eran exactamente soberanos o reyes y
definitivamente el poder no pasaba de madre a hijo o de padre a hija,
simplemente se escogía a la persona conforme se iban despuntando sus
habilidades en toma de decisiones o en áreas específicas como la construcción y
planeación.
En esta ciudad llamada Isbalur, no todo marchaba
bien, la ciudad, tuvo que enfrentarse a los Drabalchus, guerreros estafadores
que emigraron del norte, que lo que deseaban era conquistar territorios,
hacerse de riquezas pero con el menor gasto posible, así que infiltraban espías
en las ciudades, encontraban sus debilidades y atacaban, a veces soltaban lobos
que fueran mermando a las ovejas, colocaban traidores en posiciones importantes
en la comunidad, en otras ocasiones se trataba de raptar niños o extorsionar de
alguna otra manera.
En este caso buscaron a la persona que juzgaron más
importante en la ciudad de Isbalur para intentar desequilibrar la organización
y sembrar el pánico en la población.
Fue entonces que pusieron en marcha el plan para
raptar a Estidra, quien fue traicionada por una sección de las patrullas nocturnas
del ejército de Isbalur, que ella dirigía. Si, Estrida era la dirigente general
del ejército.
La cuadrilla una vez infiltrada en el ejército Violeta
lograron burlar todos lo sistemas de seguridad que resguardaban la ciudad,
tanto militares como mágicos, trasladaron a Estrida través de un túnel de
gusano construido por un enorme Rotosder y una hechicera Azul tiró los
encantamientos del subsuelo y las murallas para que el enorme gusano lograra
traspasar la muralla de la ciudad, fue un Mapssos una de las calves del éxito
en esta operación, el pequeño animal blancuzco, con ojos saltones, una vez
amaestrado para el propósito, fue capaz con su baba maloliente sedar y
neutralizar el poder guerrero de Estrida, una vez neutralizada, los Drabalchus la
llevaron a una cueva, cuya solida roca mantendría en custodia a la
representante más valiosa del ejército de Isbalur.
Estidra era, además de la estratega militar de Isbalur, la hija de Jossdea, la mujer que
impartía justicia y otra de las líderes y representantes de la ciudad, por ello
fue a ella a quien recurrió la gente una vez que fue visible para todos la
advertencia que se desplegó en el cielo del amanecer justo en la bóveda de la
ciudad, ESTÁN SITIADOS, SIN ESTRIDA NO HAY DEFENSA, NEGOCIEMOS. XILEF COMNADANTE
DE DRABALCHUS seguido
del clásico campo de energía azul que aompañaba a toda
ciudad sitiada.
La población le preguntaba a Josseda si tenía
alternativas para la defenderse, la forma de saber quién había traicionada a la
ciudad, como confiar unos en otros y salir abantes de la situación de sitio en
la que se encontraban.
Su esposo, lleno de miedo, de impotencia y de ira,
habló con la muchedumbre y gritó ante todos que el daría la mano de su hija a
quien fuera capaz de rescatarla de los Drabalchus y traerla sana de regreso,
pero en ese mismo instante Jossdea le hizo callar, mi hija debería consentir y
saber este trato que estás haciendo por tu cuenta, ¿como te atreves a decir
esto sin su consentimiento?
Más bien ofrece tu propia mano en prenda por que
traigan salva a tu hija si es lo que deseas, y si para ello necesitas tu
libertad para ser de quien quieras, si crees que es la mejor alternativa, te la
doy.
El pobre de Solgred con ojos azorados preguntó en
voz más baja, ¿me das mi libertad?, ¿Es lo que quieres?
Alguien que trata con tan poco respeto a mi hija, no
merece estar conmigo y si, te doy tu libertad.
Entonces ofrezco mi mano a quien traiga de vuelta
sana y salva a mi hija, grito Solgred ya resignado al destino que el mismo se
había forjado, dejar la casa donde vivía y seguir en libertad su vida.
Pero en ese momento Sitrara, la hechicera del pueblo
haciendo caso omiso de las palabras de Solgred, se ofreció a encabezar la comisión
que rescatara a Estidra de las manos del enemigo
Yo soy la bruja más poderosa de la ciudad, no soy
guerrera ni estratega, pero tengo poderes que las guerreras no poseen y puedo
encabezar y dirigir la búsqueda de Estidra, estando ella con nosotras, podremos
reorganizar al ejército y ensamblar un plan más certero para disolver la fuerza
del enemigo.
Quien se une a mi causa?
En seguida Archni subcomndante, del ejército violeta,
junto con los integrantes más leales de su sección, Tartira, Lornio y Meyp, se
unieron a ella, así como Disref la maestra jefa de las hechiceras junto con sus
maestras más poderosas, maestras Bumv, Cest, Latra.
Todos ellos y ellas estaban en disposición para
enfrentar la empresa que se le presentaba, defender la ciudad, rescatar a
Estrida y eliminar el peligro inminente por el que la ciudad estaba pasando,
sobre todo con la confianza de que Sitara sabría llevar con decisión la misión.
Era bien sabido que Sitara, era pretendienta de
Etidra, la había cortejado por meses y había confesado su amor por ella en
varas ocasiones en reuniones púbicas con la esperanza de que volteara a verla,
ella era una de las más interesadas en que Estrida regresara, por amor más que
por seguridad.
Pero Estidra no tenía ojos para ella, su corazón
solo palpitaba por Dituya, una mujer que había sabido ganarse su admiración y
respeto, que no rea estratega, ni bruja, que no tenía la justicia en su mano,
pero que la gente respetaba y admiraba, por sus habilidades para escribir, pero
sobre todo por su habilidad para cuidar el alma de los otros, de la comunidad, con
escucha y palabras, por su juicio tan certero y equilibrado sobre asuntos del
alma.
Era ella y solo ella la que había compartido su
lecho, sus ojos y la vida, desde hacía 9 años, Dituya, se sentía un poco desorientada
anta lo acontecido, salir y enfrentar traidores y bandoleros armado, militares
que sitian las ciudades, no rea exactamente su especialidad, y se sentía
impotente, pero Sitara tenía razón alguien
debía ayudar a Estidra a regresar a la ciudad y organizar el ejército, estaba
segura de que la estratega y guerrera a la que amaba ya estaba en proceso de
liberarse pero, la ayuda no le caería nada mal y la comisión pondría
convertirse a su vez en una avanzada de reconocimiento.
Además estaba el asunto de la traición era
importante que Estrida hablara sobre ello, podía ser que ella conocíera la
identidad de quienes perpetraron el acto y por otro lado conocía al ejercito
mejor que nadie para decidir en quien confiar y en quién no.
Era necesario traerla antes de que los oriundos iniciaran
una matanza cruenta contra los extranjeros que llevaran menos de 3 años
viviendo en la ciudad, este desastre se veía venir.
Unirse al rescate en campo abierto y frontal con el
enemigo solo traería problemas, ella debía quedarse y ser un apoyo para la
gente de Isablur, encontrar tranquilidad, paz, claridad de acción, y ayudar en
las investigaciones sobre la traición, debía confiar en Sitara, en Estrida y en
si misma y sus habilidades.
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